Cuando comenzamos con esto no estaba tan claro.
Sabemos dónde comienza la disciplina, cuáles son sus herramientas, sus territorios predilectos. Incluso podemos estudiar su trayectoria a través de la educación, la religión, la política, la historia, el arte…
Lo que no sabemos es cómo salir de ella. Y, en el caso de conseguirlo, qué viene a continuación ¿indisciplina? ¿anarquía? ¿salvajismo? ¿así de simple? ¿Un binomio compuesto por obedecer/desobedecer?
¿A dónde vamos cuando salimos de la discplina?
Al día de hoy 8 de abril del 2020, en plena pandemia, la brecha entre ciudadanos disciplinados y ciudadanos indisciplinados es un campo de batalla.
La brecha está creciendo. Finalmente, el objetivo del poder en el más concreto de sus sentidos, que es el control, supone el mejoramiento de las tecnologías disciplnares y la erradicación total de la indisciplina.